LA FUERZA NO PROVIENE DE LA CAPACIDAD FÍSICA SINO DE LA VOLUNTAD INDOMABLE. GANDHI.

sábado, 9 de noviembre de 2013

CÓMO INFLUYEN LOS ESTILOS EDUCATIVOS FAMILIARES EN EL FRACASO ESCOLAR
Mar López  Sotelo
Conferencia IES A Pinguela
22 de octubre de 2013

RESUMEN

Los estilos educativos familiares son las pautas y estrategias educativas que los padres emplean en las interacciones con sus hijos. Estas pautas tienen como meta principal conseguir la socialización emocional y conductual de sus hijos y además dichas prácticas tienen grandes consecuencias sobre el desarrollo psicosocial de las personas.

Los modelos actuales (Herranz y Sierra 2002) explican los estilos educativos en el contexto familiar como:

1.       Las relaciones padre-hijo son bidireccionales, de forma que la elección de un estilo educativo también está influido por características propias del hijo y su respuesta al mismo.
2.       Factores como la historia de vida de los padres, su representación acerca de cuál debe ser su rol como educador, sus creencias sobre el desarrollo y sus expectativas sobre los hijos, tienen gran importancia a la hora de elegir una estrategia educativa u otra.
3.       Los estilos educativos utilizados por los padres son tendencias que pueden modificarse entre sus miembros, dependiendo de las circunstancias, los contextos, el objetivo de la interacción, etc., pero, sin embargo, suelen constituir formas de comportamientos consistentes.
Dicho esto, es fundamental evaluar si las condiciones de interacción y establecimiento de vínculos familiares son adecuados para el desarrollo del hijo, puesto que, además del ámbito familiar, el hijo se mueve en otros ámbitos educativos como la escuela y los juegos con sus iguales que también suponen una importante influencia en las relaciones familiares y sociales.
Las primeras interacciones familiares tienen importancia porque son la base a partir de la cual se van a desarrollar muchas capacidades y logros posteriores, que se van a ver reflejados posteriormente en el ámbito escolar.  En ocasiones, una interacción adecuada puede compensar otras desventajas, como la discapacidad o dificultades en el aprendizaje y potenciar el desarrollo vital de la persona, pudiendo dicho desarrollo alcanzar  niveles normales. Esto no quiere decir que las personas que no disfruten de unas interacciones sincronizadas y satisfactorias vayan a sufrir graves secuelas a lo largo de toda la vida, pero sí estarán más predispuestas  a sufrir fracaso escolar y como consecuencia de ello estarán en riesgo de exclusión social.
Para evitar llegar a estos extremos, es preciso sincronizar los estilos educativos familiares con los estilos de aprendizaje de sus hijos, de igual forma que se les exige a los docentes que hagan adaptaciones curriculares cuando sus alumnos tienen alguna dificultad en el aprendizaje. Las experiencias posteriores podrán modificar o compensar el desarrollo normal,  tanto para los que han tenido experiencias positivas, como de los que han tenido experiencias negativas durante las diferentes etapas de su vida.
La sincronización inadecuada de los estilos educativos familiares con los estilos de aprendizaje de sus hijos puede suponer un fracaso en las relaciones familiares y derivar a un fracaso también en el ámbito escolar. Por ello es preciso hacer un estudio detallado del estilo educativo familiar para evaluar si se corresponde con el estilo  de aprendizaje de sus hijos y modificar los aspectos que sean necesarios para obtener un  correcto desarrollo educativo.
Palabras clave: Estilos educativos familiares, estilos de aprendizaje, educación social y  fracaso escolar.

FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

1. ESTILOS EDUCATIVOS FAMILIARES
La familia es primer ámbito donde se producen las relaciones sociales y se forman los vínculos emocionales, conceptos estos muy importantes  para el adecuado desarrollo psicosocial de las personas. La calidad de dichas relaciones y de los vínculos generados en el entorno familiar, marcarán el progreso psicológico, social y emocional de las personas de ahí la gran transcendencia de este concepto. Los padres desarrollan una serie de estrategias educativas y socializadoras a la hora de relacionarse y vincularse con sus hijos denominadas “Estilos educativos” cuya función es la de socializar emocional y conductualmente a sus hijos.
Los modelos actuales (Herranz y Sierra 2002) explican los estilos educativos en el contexto familiar como:

1.       Las relaciones padre-hijo son bidireccionales, de forma que la elección de un estilo educativo también está influido por características propias del hijo y su respuesta al mismo.
2.       Factores como la historia de vida de los padres, su representación acerca de cuál debe ser su rol como educador, sus creencias sobre el desarrollo y sus expectativas sobre los hijos, tienen gran importancia a la hora de elegir una estrategia educativa u otra.
3.       Los estilos educativos utilizados por los padres son tendencias que pueden modificarse entre sus miembros, dependiendo de las circunstancias, los contextos, el objetivo de la interacción, etc., pero, sin embargo, suelen constituir formas de comportamientos consistentes.

Las investigaciones actuales se basan en los estilos educativos identificados por Baurmrind, MacCoby y Martín. La observación por parte de estos autores de las interacciones que se producían entre padres e hijos llevó a la clasificación en varias categorías  y dentro de un continuo:
1.       CONTROL/ EXIGENCIA: como en grado de presión que hacen los padres sobre sus hijos para que cumplan con sus normas educativas.
2.       RECEPTIVIDAD/ AFECTO: es el grado de sensibilidad y capacidad de los padres para tener en cuenta y responder a las demandas de sus hijos.
ESTILO EDUCATIVO ASERTIVO: dentro de este estilo educativo los padres tienen una visión de su hijo como un sujeto activo en el proceso de socialización y desarrollo, ocupando un puesto muy relevante el afecto y las emociones.
Para el cumplimiento de las normas los padres establecen cierta jerarquía, fomentando el razonamiento y el diálogo, sobre todo en aquellas que consideran imprescindibles para el adecuado desarrollo psicosocial de su hijo, fomentando este estilo un acercamiento racional y de respeto en sus interacciones.
Este estilo promueve una progresiva independencia y responsabilidad en los hijos debido a su continua capacidad de razonamiento, propiciando el aprendizaje y  a ponerse en lugar del otro, fomentando un desarrollo moral importante para su propia autonomía.
Los hijos que se educan, desde niños, bajo este estilo muestran un alto autoconcepto y autoestima, alta capacidad de relacionarse e interaccionar con los demás  y una mayor madurez emocional. Cuando un hijo es educado bajo este estilo al llegar a la adolescencia  suelen ser más autónomos y presentan menos problemas emocionales y de conducta y esto es debido a los padres asertivos van retirando su control a medida que los hijos van demandando más autonomía, pero siguen apoyándolos, propiciando así la competencia de sus hijos  y también su buen desarrollo.

Niños con padres estilo Asertivo:
• Tienen sentido de responsabilidad
• Son tolerantes
• Tienen buen nivel de autoestima
• Son seguros
• Saben enfrentar dificultades
• Respetan las normas
• Saben tomar decisiones
• Tienen sentido de la crítica constructiva
• Pueden orientar un proyecto de vida
• Establecen buenas relaciones con los demás
ESTILO AUTORITARIO: se da cuando los padres exigen el estricto cumplimiento de sus normas y se consideran garantes de dicho cumplimiento, siendo este una demostración de respeto. Los hijos no son sujeto activos, no pueden razonar ni pensar sobre las normas, ya que estas están fuera de toda crítica, su opinión no cuenta ya que estos padres suelen considerar a sus hijos poco capacitados y experimentados. Son padres poco afectuosos y fomentan la dependencia y la incapacidad de razonamiento y de crítica de sus hijos. Este modelo no resulta muy adecuado para el aprendizaje de capacidades de relación y consideración del otro (Herranz y Sierra, 2002, pp. 132).
Los hijos educados bajo este estilo muestran pautas de comportamiento ansioso y hostil, alto nivel de frustración, inseguros, introvertidos y un nivel bajo de autoestima. Los hijos adolescentes educados con el estilo autoritario suelen terminar revelándose y desafiando la autoridad paterna.
Niños con padres estilo autoritario pueden presentar los siguientes rasgos:
• Baja autoestima
• Agresivos
• Obedientes y sumisos en presencia de los padres.
• Rebeldes e irresponsables en ausencia de los padres.
• Actitud de engaño
• Tendencia a sentirse culpables y deprimidos
• Tienen pocas habilidades sociales

ESTILO EDUCATIVO PERMISIVO: Los padres que educan bajo este estilo tienen una visión afectiva de las relaciones paterno-filiales. Estos padres se muestran cariñosos y atentos pero se sienten poco responsables sobre ellos bajo la creencia de que sus hijos deben desarrollarse por ellos mismos. Consideran que el cumplimiento de las normas no es lo más importante y eluden interferir en su desarrollo. Además no les gusta mostrarse impacientes ante sus hijos, con un nivel bajo de exigencia, no promoviendo así su autonomía, siendo el control de los padres muy escaso. Como consecuencia de dicha educación los hijos llegan a tomar decisiones que no les competen o que todavía no están preparados para ello, presentando comportamientos inmaduros y un control de sus impulso muy precario, con un bajo nivel de competencia y suelen ser inmaduros, demandantes, escasa capacidad de concentración y esfuerzo.
Este estilo es el más dañino para el hijo adolescente, ya que sus padres no imponen límites, no se preocupan por sus intereses. El hijo suele tener la sensación de que a sus padres no le importan. Dichas situaciones pueden causar trastornos como depresión, problemas conductuales o emocionales y fracaso escolar.
 Niños con padres estilo permisivo suelen ser:
• Inmaduros
• Poco persistentes en sus tareas.
• Desorientados por no poseer normas ni modelos referenciales.
• Inseguros
• Inconsistentes
• Con baja tolerancia a la frustración
• Con poca confianza en sí mismos.
• Presentan bajo rendimiento escolar pues no se esfuerzan mayormente en sus tareas.

ESTILO EDUCATIVO SOBREPROTECTOR:
Este estilo lo aplican aquellos padres que pretenden evitar toda dificultad o posibles problemas a sus hijos, les brindan ayuda en todo, llegando incluso hacer las cosas por ellos. Ponen pocas normas o no las aplican ya que consideran que sus hijos no están preparados para asumirlas, les conceden todos los deseos. Los padres sobreprotectores justifican todos los errores de sus hijos o tienden a culpar a otros, por ejemplo a los amigos, profesores.
Los sobreprotectores no dejan que sus hijos corran riesgos y ven peligros donde no los hay. Con su conducta, estos padres privan a sus hijos de ricos aprendizajes para la vida.  Este estilo educativo suele ser propio  de los padres con algún hijo con alguna dificultad.
Niños con padres estilo sobreprotector, se caracterizan por:
• Presentan conductas egoístas
• Son dependientes
• Tienen escaso autocontrol
• Tiene baja autoestima por la falta de oportunidades para poner a prueba sus
    competencias personales.
• Inseguros
• Baja tolerancia a la frustración
• Utilizan el chantaje emocional para conseguir lo que quieren
• No están acostumbrados a enfrentarse a dificultades.
• Les cuesta asumir responsabilidades.
• Presentan retrasos en el aprendizaje de habilidades sociales y autocuidado.
• Presentan temor a la autonomía.
• Tienen poca iniciativa, espera siempre instrucciones
• Presentan ansiedad por no poder actuar autónomamente frente a situaciones complejas.
• Son tímidos y tienden a ser solitarios

EL APOYO QUE PUEDAN DAR LOS PADRES ES EL FACTOR CLAVE QUE HACE QUE LOS HIJOS SE SIENTAN VALORADOS, TENGAN ASPIRACIONES Y CONSIGAN ÉXITOS, Y EN DEFINITIVA SEAN MÁS AUTONOMOS   

2. ESTILOS EDUCATIVOS FAMILIARES Y FRACASO ESCOLAR
En la cadena educativa, los niños no son los culpables del fracaso escolar sino que es el colectivo educativo el que no puede resolver problemas puntuales de los chicos, los cuales conducen al fracaso escolar.
La adolescencia es una etapa marcada por notables cambios y alteraciones psicofísicas, cognitivas, sexuales, emocionales, sociales, que da paso progresivamente a la adquisición de la autoestima e independencia personal y a la adaptación social. El estilo educativo desarrollado por la familia en esta edad de los hijos es determinante para orientar una adecuada convivencia y la resolución de los posibles conflictos de relación que se produzcan.
Los padres suelen reclamar, especialmente en esta etapa de la vida familiar, asesoramiento profesional sobre pautas de educación especialmente cuando sus hijos son adolescentes, sería más adecuado ofrecer  dicho apoyo desde los inicios de la etapa escolar para que puedan a hacer frente mejor a las situaciones conflictivas y de incertidumbre que se les puedan plantear, de igual forma, reunir a los padres en las diferentes etapas educativas para actualizar información.
Cada familia tiene unas características asociadas a como se encuentra estructurada, es decir,  ya sea una familia nuclear,  monoparental, reconstituida, etc. También a la naturaleza de las relaciones que tienen lugar en su seno (estilo educativo, valores, normas, creencias, etc.) o a la asunción y distribución de roles, etc., que la hacen diferente del resto. En todo caso, es de esperar que el contexto familiar promueva el desarrollo óptimo de los hijos, dada su influencia educativa como agente de socialización (Torío López, 2004), y fomente en ellos una actitud positiva hacia el estudio (Asensio, 1994; Marjoribanks, 2003). A este respecto, Broc (2000) constató en una investigación efectuada con 120 alumnos de la ESO, que las dos variables que mayor peso predictivo tienen sobre la autoestima global del joven son la apariencia externa (con valores de R múltiple de 0.6721) y el apoyo total que reciben por parte de sus padres, madres, compañeros y profesorado (R múltiple de 0.7268).
De ahí la importancia que tiene el estilo educativo de los padres para la maduración educativa de sus hijos y hacer  de ellos aptos para afrontar los retos académicos de forma optima y adecuada.
Hay que tener en cuenta que no solo el profesorado realiza funciones educativas, también los padres y además pertenecen al primer nivel educativo, pero hay que distinguir entre las funciones de los profesores y de las familias, así como los profesores educan en materias como matemáticas, lenguaje, inglés, etc. los padres tienen la función de educar, como ya hemos dicho anteriormente, en emociones y conductas, aunque, tanto unos como otros, de forma trasversal deben complementarse, de forma puntual los padres ayudaran en las tareas educativas escolares ( deberes, trabajos, etc.) y los profesores en temas conductuales y emocionales.
BIBLIOGRAFÍA
Álvarez Sousa, A.  (2004): “Fracaso escolar y exclusión social”. En “Tendencias en Desigualdad y Exclusión Social” 2ª Edición José Félix Tezanos (Ed.). Editorial Sistema 2004.
Herranz Ybarra. P. y Sierra García, P. (2002) “Psicología evolutiva I: Desarrollo social”. Madrid: UNED
Marchesi Ullastres, A. (2003): “El Fracaso Escolar en España”.  Documento de trabajo 11/2003. Fundación Alternativas.

Martínez González R. A.,y Álvarez Blanco, L.(2005) : “Fracaso y abandono escolar en Educación Secundaria Obligatoria: implicación de la familia y los centros escolares”. Aula Abierta, 85 (2005) 127-146. ISSN: 0210-2773. Universidad de Oviedo

jueves, 7 de noviembre de 2013

Entrevista en el periódico El Progreso oct. 2013

http://elprogreso.galiciae.com/nova/287719-mar-lopez-sotelo-escuelas-padres-son-basicas-conducta?lang=glhttp://


Mar López Sotelo: ''Las escuelas de padres son básicas para la conducta''


01/11/2013 - Xabier L. Quiroga / El Progreso (Monforte)
Esta monfortina, del barrio de Ramberde, es una de las prestigiosas figuras en el ámbito de la educación social a nivel nacional. Tanto trabaja desde la base como sobre casos consolidados. Su máxima es la educación familiar para afrontar tanto los estudios como la vida.




Mar López Sotelo (Foto: TOÑO PARGA)
Mar López Sotelo, tras la charla en el instituto A Pinguela (Foto: TOÑO PARGA)


SUS ORÍGENES están en la Rúa Abeledos de Monforte, ya en el barrio de Ramberde, como le gusta decir. Mar López Sotelo, nacida en 1961, realizó sus primeros estudios en la ciudad del Cabe y tras pasar por el entonces instituto de bachillerato, hoy Río Cabe, se decantó por la formación profesional y entró en el IES A Pinguela para hacerse administrativa. Ahí fue donde cogió poso para seguir estudiando a pesar de sus continuos desplazamientos por España por motivos profesionales de su marido. Continuó formándose a través de la Uned y consiguió hacer las carreras de educación social y antropología social. A mayores, tiene varios másteres en las materias e innumerables estudios, que sigue incrementando al tiempo que imparte charlas y participa en programas de la Universidad de Almería, donde reside ahora, y en la que prepara su doctorado.Hace un par de semanas volvió al IES A Pinguela para hablar del fracaso escolar y la familia.
¿Qué recuerdos revivió en su regreso al centro A Pinguela?
Estuve en el instituto en los primeros años de la década de los 80. Fue precisamente donde el profesorado de entonces me inculcó valores e inquietudes, así como la necesidad de esforzarse para conseguir cualquier reto. Me tocó una época en la que la implicación de los profesores era muy grande con los alumnos. Según me cuentan, se mantiene, y me alegro de que uno de los profesores que más me marcaron, Enrique Sampil, sea hoy el director.
¿En qué consistió su charla?
Fue un encuentro dirigido a los padres en el que analicé los diferentes estilos educativos familiares que pueden originar el fracaso escolar. La receptividad fue muy buena y espero que sirva para que algunas personas tengan en cuenta que es fundamental adoptar un determinado modelo sobre la conducta a tener con los hijos, sobre todo en los primeros años.
¿Cuál es su máxima en ese sentido tras tantos años de experiencia?
Es algo que tenemos muy claro tanto yo como el resto de las personas que trabajaron en centros con niños o jóvenes con problemas tras pasar por situaciones muy complicadas. La solución en esos casos es complicada porque hay que conseguir implantar unos valores, unos modelos de conducta a los que nunca tuvieron acceso. Por eso, el trabajo fundamental se debe hacer desde la familia. Se trata de educar en conductas y emociones. Las distintas formas de actuar que adopten los padres ante las demandas naturales de los niños marcan su fututo en todos los aspectos de la vida. Por desgracia, hay diferentes situaciones que no favorecen.